RECORRO galerías inauditas
como quien viaja al centro de un refugio
refractario a los ecos. Subterfugio,
pues perduran las voces y las citas
que la atención alerta me regala:
revelador acorde, confidentes
sombras entre las páginas flüentes
del río interminable que propala
la aventura imprevista y misteriosa.
Conversación feraz con los difuntos
testigos del pasado: los presuntos
cómplices de esta edad vertiginosa.
Libros intonsos dejan tantos años
errantes sin afán: reclaman daños.