Gracias, Álvaro, por tu contribución espontánea a este blog. Me ha
gustado mucho lo que nos relatas de la librería de tu padre y de su
afi ción a escribir una cuartilla sobre cada libro.
En realidad, mucha gente tiene la costumbre de subrayar, de escribir
incluso sus notas en las páginas de los libros según los va
leyendo. Pero es cierto que la cuartilla de la que tú nos das cuenta
tiene muchas ventajas. Y es que así uno puede consignar su opinión
sobre la totalidad de la obra, y destacar aquellos aspectos que
le hayan parecido más interesantes, o menos atractivos.
La cuartilla bien podía suplir la buena costumbre que antes existía
en todos los periódicos que se preciaban de serlo, que no era otra
que la práctica común de la crítica literaria en los medios de comunicación.
No en vano, los lectores nos guiábamos de esos comentarios
que buscábamos en los periódicos justo en el momento en que
cada libro salía al marcado.
Poco a poco, la crítica literaria en particular, y la crítica en general,
van desapareciendo en los periódicos, en favor de grandes espacios
dedicados a lo que se ha dado en llamar “prensa del corazón”. En
este punto confi eso que nunca he sabido si el hecho de que cada
vez se publiquen más “informaciones” de esas de “prensa del corazón”
se debe a que la gente las demanda cada vez más; o, por el
contrario, la gente las demanda cada vez más porque cada día es
más prolijo el espacio que los medios de comunicación les dedican.
Pero en todo caso es una pescadilla que se muerde la cola.